Los 'mistery shoppers' serán inspectores que no se identificarán en las oficinas. Podrán ser trabajadores de la comisión o ajenos a ella
La Comisión Nacional del Mercado de
Valores (CNMV) prevé iniciar los trabajos para poner en marcha este año la
técnica del mystery shopping (cliente de incógnito), consistente en
enviar a agentes que, sin previo aviso, visitarán las oficinas de las entidades
bancarias con la intención de detectar posibles incumplimientos en normas de
conducta.
Esta será una de las tareas que el
regulador tiene previsto acometer a lo largo de este ejercicio, según consta en
el plan de actividades 2014, dado a conocer este miércoles por la presidenta
del organismo, Elvira Rodríguez, quien ha precisado que la aplicación de esta
medida estará condicionada a la aprobación de la reforma de la Ley del Mercado de Valores.
El objetivo de esta iniciativa es doble:
supervisar cómo se produce realmente la transmisión de información al cliente,
especialmente la información verbal, y comprobar el grado de conocimiento de
los productos ofrecidos por parte del personal de la red comercial de las
entidades.
De este modo, la Comisión pretende dar un
impulso a la supervisión preventiva para evitar que se produzcan en el futuro
polémicas como la ocurrida con la venta de participaciones preferentes a clientes minoristas.
"El mystery
shopper será un
controlador, pero no se identificará como tal, sino como un interesado más que
se acerca a la entidad. Su función será tomar nota de cómo le ofrecen el
producto, del conocimiento del vendedor y de la información que le
aporta", ha señalado Rodríguez, quien ha apuntado que esta figura ya
funciona en Holanda, Bélgica y Francia.
Según ha indicado, el mystery
shopper puede ser un
miembro de la CNMV o alguien ajeno a la institución. En este sentido, ha reclamado más
personal para la Comisión así como la reforma normativa que haga posible la
incorporación de esta herramienta.
No obstante, Rodríguez ha subrayado que
la CNMV presta ya "especial atención" a la venta de productos
complejos, tanto de entidades españolas como de entidades extranjeras, para
adelantarse a un hipotético problema. "Todo lo que hacemos forma parte de
la política de supervisión temprana. Conocemos el público objetivo y la cuantía
de las emisiones", ha puntualizado.
Control
de las remuneraciones
Otro de los retos que se ha marcado la
CNMV para este ejercicio es ejercer un control sobre la remuneración
del personal de
la red comercial de las entidades bancarias, siguiendo las directrices de la
autoridad europea ESMA.
En particular, se revisarán los controles
internos establecidos por las entidades y, más específicamente, que los
sistemas de remuneración de ventas no generen riesgos potenciales de ventas
inadecuadas.
Junto a ello, se analizará la posibilidad
de desarrollar, en colaboración con el sector financiero, un sistema de
clasificación que permita conocer "de una manera sencilla" el nivel
de riesgo de un producto financiero y su complejidad.
El fin de esta medida será facilitar a
los inversores sus decisiones de inversión y hacer más sencilla la comparativa
entre diversos productos. En este punto, Rodríguez ha matizado que la CNMV no
puede prohibir ningún producto, pero sí controlar que cumple las reglas Mifid y
la transparencia.
Con el plan que pondrá en marcha este
año, el supervisor busca mejorar su funcionamiento y dotarse de mayor
flexibilidad y capacidad de adaptación a la cambiante realidad de los mercados
financieros.
Tras un breve resumen de la actividad
realizada el año anterior (en el que ha mencionado que el caso
Pescanova ha sido
para la institución un "banco de pruebas" a la hora de adoptar
algunas de las medidas del nuevo plan), Rodríguez ha destacado que el programa
2014 incluirá el esfuerzo en la reducción de los plazos de actuación del organismopara
favorecer que el mercado de valores español sea una plataforma atractiva para
empresas e inversores.
El plan cuenta con cuatro 'patas': lucha
contra el abuso del mercado, supervisión preventiva en la comercialización de
productos financieros entre minoristas, la mejora de la atención de la CNMV a
los inversores y la integración internacional.
La Comisión quiere ganar autonomía y
capacidad supervisora, para lo que propone unareforma normativa. También
se propone acometer una revisión "crítica" de los procedimientos
internos para eliminar ineficiencias, así como simplificar procesos y reducir
plazos de actuación.
Asimismo, tiene intención de mejorar la
relación con los inversores y con otras partes interesadas, para lo que
articulará un módulo telemático para la tramitación electrónica de las
reclamaciones que permitirá acelerar la respuesta de la CNMV y consultar el
estado de las reclamaciones de forma digitalizada.
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